Cómo quitar la sal del coche y evitar que dañe tu coche
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La sal vertida en las carreteras para evitar las heladas se ha pegado a tu coche y hay que eliminarla lo antes posible.
Con el invierno y las bajas temperaturas, la formación de hielo es solo cuestión de tiempo. Para evitarlo, las carreteras se cubren con sal y salmuera (agua con una concentración de sal superior al 5%). La sal ayuda a bajar la temperatura de congelación por debajo de los 0 grados. En concreto, la sal previene las heladas cuando la temperatura no cae por debajo de los -4 grados centígrados.
Pero tiene consecuencias. La sal es corrosiva, acelera los procesos de oxidación y corrosión de los metales. Cuanto más tiempo permanezca en contacto con tu coche, mayor será la probabilidad de sufrir las consecuencias.
La sal disuelta en agua en contacto con el coche puede, por ejemplo, puede apagar el brillo y el color de la carrocería. También puede afectar a las llantas y demás componentes metálicos, como el tubo de escape.
¿Cómo quitar la sal del coche?
Para dejar el coche en perfecto estado y quitar la sal del coche lo mejor es usar agua y jabón. Para ello es aconsejable usar una pistola de agua a presión. Pon especial atención a las ruedas, llantas y neumáticos. En esta zona se acumula la mayor parte de suciedad y restos de sal.
Un truco para eliminar la sal con mayor eficacia es usar un desengrasante. Sirve para ablandar la sal y retirarla más fácilmente.
Aunque aparentemente la parte exterior está limpia, no te olvides de darle un repaso a los bajos del coche. Muchas piezas interiores pueden comenzar a oxidarse por no haber realizado una limpieza a tiempo.
Evita los rodillos con cerdas de plástico. El por qué es sencillo: es probable que queden restos de sal o incluso de hielo. Al frotar con las cerdas podríamos arañar la carrocería.
¡Importante! Bajo ningún concepto intentes retirar la sal en seco, podríamos terminar rayando la pintura. De hecho, algunos fabricantes recomiendan proteger la pintura y las llantas de aleación con cera. De este modo, se crea una película que recubre las zonas para ayudar a que el agua resbale con mayor facilidad y no se deposite tanta sal ni suciedad.
Batería, ruedas y nivel de aceite
Después de una nevada no basta con limpiar el coche. Existen, al menos, otros tres puntos críticos cuando bajan las temperaturas:
Batería
La batería se puede descargar con las bajas temperaturas por lo que es importante chequear que no está dañada.
Aceite
El frío también influye sobre la densidad de los fluidos del coche. Lo que sucede con el aceite es que al ser menos fluido (menos líquido), cae al cárter, al fondo del motor, y no fluye igual que en verano, por lo que lubrica peor. Es algo tan sencillo de hacer como llevar el nivel cerca del máximo.
Neumáticos
Por último, hay que prestar especial atención en que la presión de las ruedas esté en los niveles que marca el fabricante. Solo con el frío la presión se verá reducida en 0,1 bares. Si aún encima la presión no es la adecuada, el neumático se apoyará con el lateral desgastándose más rápido y agarrando peor, que es lo peligroso.